Marguerite Thomas Williams
She had a dream
Las orillas del río Anacostia fueron lugar de asentamiento de numerosas tribus de indios nativos norteamericanos. El río fluye con pereza atravesando la ciudad de Washington, para verter sus aguas en el río Potomac, dejándole también como ofrenda una gran carga de sedimentos. La dinámica fluvial de la pequeña cuenca hidrológica del Anacostia fue objeto de la tesis doctoral de una mujer singular: Marguerite Thomas Williams, la primera persona afroamericana que consiguió un doctorado en Geología. Era el año 1942, en plena Guerra Mundial, cuando los derechos de la población negra de EEUU aún no estaban en el papel. Faltaban aún 13 años para que otra mujer de color, Rosa Parks, se negara a ceder su asiento del autobús a un blanco y encendiera la chispa del gran movimiento por los derechos civiles de los ciudadanos afroamericanos.
Marguerite Thomas nació el día de Nochebuena de 1895 en Washington D.C. Hija de Henry y Clara Thomas, fue la menor de una numerosa familia de seis hermanos. Asistió a la Escuela Normal para Niñas de Color y consiguió una beca de la Universidad de Howard para hacerse maestra, objetivo que alcanzó en 1916. Pero sus intereses estaban más allá de las ventanas del aula; su mente volaba atravesando ríos, montañas, lagos y bosques, porque la verdadera pasión de la joven Marguerite era la Naturaleza. De esta forma, compaginó el magisterio en la escuela elemental con estudios superiores en Ciencias Naturales, terminando su licenciatura en la especialidad de Geología en el año 1923.
El profesor y biólogo afroamericano Ernest Everett fue determinante en su carrera. Tomó la decisión de apadrinar y dirigir la carrera científica de dos muchachas de color: Roger Arliner (primera doctora afroamericana en zoología) y Marguerite Thomas. El Dr. Everett haría constar la alta cualificación académica de Marguerite, su agudeza para la ciencia y el sentido crítico de sus reflexiones.
De esta forma, Marguerite consiguió una plaza permanente en el Miner Teacher’s College, el principal centro universitario de formación del profesorado negro que muchos años después sería absorbido por la Universidad del Distrito de Columbia. Allí lideró durante una década el Departamento de Geología, e impartió clases a jóvenes universitarios segregados por el color de la piel.
En la disertación de su tesis sobre el río Anacostia, Marguerite Thomas apuntó que la virulencia del río, reflejada en trágicas inundaciones, estaba ligada a la transformación humana de su cuenca de drenaje: deforestación, agricultura intensiva, urbanización, etc. Marguerite no solo fue una visionaria sobre la relevancia de la actividad humana como agente geomorfológico, sino que despertó una nueva forma de entender los procesos geológicos. 60 años después de aquella tesis, en pleno siglo XXI, la comunidad científica se ve en la tesitura de plantear un nuevo periodo geológico: el Antropoceno, la Edad de los Humanos.
Mientras los grandes escaladores del mundo coronaban cimas jamás pisadas, como la del Everest, una mujer negra llegó con su esfuerzo y perseverancia a una cumbre aún más difícil: la que rompe prejuicios, desigualdades y racismo.
Texto: Rosa María Mateos
Ilustración: Nivola Uyá
Ser mujer, negra y geóloga era una tremenda osadía en aquellos tiempos de postguerra
Marguerite Thomas Williams (1895-1991)